Epididimitis - Prostatitis  

Epididimitis

El epidídimo es un conducto (tubo) que se encuentra pegado al testículo cuya función es el transporte, almacenamiento y maduración de los espermatozoides producidos por los tubos seminíferos del testículo. El epidídimo

se continúa con el conducto deferente que transporta los espermatozoides hasta las vesículas seminales.
La epididimitis es la inflamación del epidídimo y generalmente está producida por una infección de la orina. Cuando un varón adulto presenta dolor e inflamación de un testículo, lo más probable es que tenga una epididimitis. Si ésta dura más de 6 semanas se considera que es crónica. 

Si la infección es severa y se pasa al testículo se dice que es una orquiepididimitis. Muchas veces el paciente tiene fiebre y raramente se puede producir un absceso (acúmulo de pus). Los gérmenes que producen la epididimitis son generalmente los mismos que producen las infecciones de orina. Una causa poco frecuente de epididimitis es la gonorrea.
El tratamiento de la epididimitis se basa en antibióticos, reposos, suspensorio escrotal, antiinflamatorios orales y bolsa de hielo. Aunque la inflamación se hace en pocas horas, tarda varios días e incluso semanas en desaparecer.
 

 

 


Prostatitis
Esquema de anatomía urinaria en el varón La prostatitis es la inflamación de la próstata. Esta es una glándula que se encuentra por delante del recto y justo debajo de la vejiga. La próstata normal es del tamaño de una nuez y su peso es de 20 gramos. Por el interior de esta glándula pasa la uretra (tubo que lleva la orina desde la vejiga hasta la punta del pene). La próstata está formada por pequeños conductos y por músculo liso. Su función es producir unos líquidos que se unen al semen (líquido que transporta los espermatozoides producidos en el testículo). Durante el orgasmo (parte final del acto sexual) los músculos de la próstata expulsan liquido prostático a la uretra para que unido al semen salga al exterior durante la eyaculación.
Existen tres tipos de prostatitis: 

  1. Prostatitis aguda. Es producida por bacterias y como lo indica su nombre aparece bruscamente y se manifiesta por fiebre, escalofríos, dificultad y dolor al orinar. Es un cuadro severo que idealmente requiere el ingreso inmediato para inyectar antibióticos directamente en una vena, o en su defecto tratamiento con antibióticos de amplio espectro por vía oral, bajo vigilancia estrecha por el urólogo. 
  2. Prostatitis crónica. También es producida por bacterias pero no se presenta bruscamente y los síntomas son menos intensos caracterizados por molestias debajo de los testículos o debajo del ombligo. Se asocia con infecciones de la orina repetidas. El paciente no debe ser ingresado. Se trata con antibióticos por orales.  
  3. Prostatitis no infecciosa (prostatodinia). No es causada por bacterias y su causa es desconocida. Los antibióticos no son efectivos.

La prostatitis no es contagiosa y no es considerada como enfermedad de transmisión sexual.
No se conoce con certeza cuál es la causa por la que se produce la prostatitis. Las bacterias pueden ascender desde el exterior a través de las paredes de la uretra e infectar el tejido de la próstata. Existen ciertas condiciones o procedimientos que aumentan el riesgo de contraer una prostatitis:
 
  1. Colocación recientemente de algún instrumento por la uretra (sonda, cistoscopio, etc).
  2. Realizar relaciones sexuales por vía anal.
  3. Tener alguna anormalidad en el aparato urinario.
  4. Haber tenido recientemente una infección de vías urinarias.
  5. Tener la próstata grande (hiperplasia benigna de la próstata)

Los síntomas de prostatitis dependerán del tipo de enfermedad que usted presente. Puede no sentir nada o presentar síntomas tan bruscos y severos que lo obliguen a acudir a un servicio de urgencia. Cuando hay síntomas, pueden ser cualquiera de los siguientes: fiebre, escalofríos (tiritonas), orinar muy frecuentemente durante el día o la noche, dificultad para orinar, quemazón al pasar la orina, dolor entre los testículos y el ano (periné), sangre en la orina (hematuria) o dolor durante la eyaculación. Los síntomas de prostastitis pueden simular los síntomas presentados por otras enfermedades de la próstata como la hiperplasia prostática benigna o la uretritis (inflamación e infección de la uretra).
Para facilitar el diagnóstico de prostatitis el médico le realizará un tacto rectal (poner un dedo en el recto para informarse sobre el tamaño de la próstata, la consistencia, la presencia de dolor, nódulos duros sospechosos de tumor, inflamación o acúmulos de pus). Si su médico sospecha que usted tenga una prostatitis lo enviará a un urólogo para que confirme el diagnóstico.
Cuando se sospecha una prostatitis se debe realizar un masaje de la próstata para recoger líquido producido en la glándula y estudiarlo con el microscópio para encontrar bacterias o leucocitos (signo indirecto de la presencia de infección)
El tratamiento es diferente según el tipo de prostatitis que usted presente. Si usted tiene una prostatitis aguda seguramente necesitará ser ingresado para administrarle antibióticos directamente en una vena durante 2 o 3 días y al ser dado de alta deberá continuar con antibióticos por boca durante 2-3 semanas.
La prostatitis crónica necesitará antibióticos por un plazo de tiempo mas prolongado y que oscila entre 4 y 12 semanas con lo que se consigue la desaparición del cuadro en aproximadamente el 60% de los casos. Para los casos que no responden a este tratamiento se necesitará tratamiento a bajas dosis durante mas tiempo.
Si usted presenta una prostatodinia, no necesita recibir antibióticos y según los síntomas que presente necesitará otros medicamentos como pueden ser los alfa bloqueantes (sustancias que relajan el músculo que se encuentra en la próstata por lo que se reduce la dificultad para orinar). Los baños de asiento y la dieta puede ayudarlo a mejorar sus síntomas.

Aunque la prostatitis no favorece la aparición de cáncer, recuerde que después de los 50 años de edad usted debe ser controlado anualmente por un urólogo para detectar precozmente la aparición de un cáncer de próstata En caso de que usted tenga familiares que hayan presentado un cáncer de próstata (padre, hermanos, abuelo, tíos) el control debe comenzar a los 40 años de edad tal como lo recomienda la Sociedad Norteamericana del Cáncer.

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